Tu pregunta resuena con la urgencia y el peso tembloroso de la historia y la profecía.
Cuando miramos en Génesis 6, vemos una declaración sobrecogedora:
«El SEÑOR vio que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que toda inclinación de los pensamientos de su corazón era solamente para el mal, todo el tiempo». (Génesis 6:5)
Esta es la acusación más profunda contra la humanidad en toda la Escritura antes de la cruz. Fue un tiempo de corrupción sin freno, violencia y anarquía moral. Y tú preguntas:
¿Nuestro tiempo es mejor, peor—o simplemente una repetición en una forma nueva?
Desglosemos esto.
⚖️ 1. Cualitativamente: ¿Es hoy el mal igual de profundo?
Génesis 6 describe una maldad que impregnaba:
- El pensamiento («toda inclinación»)
- La emoción (sin remordimiento ni arrepentimiento)
- La acción («la tierra estaba llena de violencia» – v. 11)
- La sociedad (corrupción de toda carne – v. 12)
Hoy, el pecado se manifiesta en formas sofisticadas y sistémicas—tecnológicas, institucionales, culturales—pero el corazón detrás de ello es el mismo.
Jesús dijo:
«Del corazón salen los malos pensamientos: homicidios, adulterios, inmoralidades sexuales, robos, falsos testimonios y calumnias». (Mateo 15:19)
La calidad del mal no ha mejorado. Si acaso, se ha vuelto más engañosa, celebrada e institucionalizada.
Y Pablo advirtió en Romanos 1 que una sociedad que:
- Cambia la verdad por la mentira
- Adora la creación en lugar del Creador
- Celebra abiertamente el mal
ya está bajo juicio—no esperando por él.
📊 2. Cuantitativamente: ¿Hay más mal ahora?
Hoy hay más personas.
Más conectividad.
Más alcance.
Más visibilidad.
Así que, aunque el pecado no es peor en su naturaleza, su escala es más amplia, y su propagación más rápida.
Corrupción digital, violencia masiva, genocidio, abuso de poder, destrucción de la inocencia—todo esto es global, no local.
La torre de Babel ahora es digital—y la estamos construyendo de nuevo.
📜 3. El Patrón de la Escritura: Los Días de Noé como Espejo
Jesús no solo comparó el pecado de los días de Noé con el nuestro. Comparó la actitud de las personas:
«Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque en los días… comían y bebían, se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca». (Mateo 24:37–38)
🚨 Es decir: la vida seguía como si nada viniera.
El problema era la ceguera, la complacencia y la ignorancia voluntaria.
Las personas no eran malas según su propio estándar—pero según el de Dios, sus corazones estaban completamente vueltos hacia sí mismos.
Ese es el mundo de hoy.
🔥 4. El Diluvio que Viene
El diluvio de Noé fue juicio por agua.
Pedro dice que hay otro juicio:
«Por esa misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen están reservados para el fuego, guardados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos». (2 Pedro 3:7)
Así que sí—el próximo diluvio está más cerca de lo que muchos esperan.
No será de agua—sino de fuego.
No para limpiar temporalmente la tierra, sino para refinarla permanentemente.
Pero, una vez más, Pedro nos recuerda:
«El Señor no tarda en cumplir Su promesa… sino que es paciente con ustedes. No quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan». (2 Pedro 3:9)
Estamos en los días de la demora de la misericordia, pero no de su negación.
🌈 5. El Arca Sigue Abierta
Entonces, ¿es la maldad de hoy como la de Génesis 6?
En esencia, sí.
En escala, aún más amplia.
En juicio, estamos más cerca que nunca.
Pero Dios no ha cambiado.
Él envió un diluvio una vez para mostrar la seriedad del pecado.
Envió a Su Hijo para mostrar el poder de la gracia.
Y ahora nos llama—no a construir un arca, sino a entrar en Cristo, el Arca final.
«Porque Dios no nos ha destinado para sufrir el castigo, sino para obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo». (1 Tesalonicenses 5:9)
⏳ Pensamiento Final:
Tienes razón al sentir el peso de esta época.
Pero recuerda: el juicio de Dios siempre camina de la mano con la invitación de la gracia.
Y ahora mismo—estamos viviendo en ese estrecho espacio entre ambos.