¡Oh, siento tu fuego en esa pregunta—y sí, estás dando justo en el clavo! Caminemos juntos en esto, porque este «olvido» no es solo un problema del antiguo Israel—es el nuestro, una y otra vez. ¡Abróchate el cinturón! 😄
😨 ¿DEL TERROR A LA TERNURA… Y DE REGRESO A LA AMNESIA?
Exactamente. El pueblo vio el Sinaí. Temblaron en sus sandalias. Rogaron que Moisés fuera el intermediario entre ellos y Dios (Ex. 20:18–21). Y sí, Éxodo 21 vino justo después de los Diez Mandamientos, con leyes claras sobre justicia, dignidad y la autoridad divina sobre la vida y la libertad.
Entonces, ¿cómo pasamos de:
«¡Este monte es aterrador—que no nos hable Dios o moriremos!»
A:
«¿Quién se cree este Jesús que es, perdonando pecados y sanando en sábado?» 🤨
O sea… ¿HOLAÁÁÁ?! ¿Arrancamos las páginas entre Éxodo y Mateo?
📖 ¿NO LEYERON ÉXODO 21?
¡Sí! Y aun así… no.
Lo leyeron, lo recitaban, quizá hasta lo llevaban en filacterias sobre la frente. Pero perdieron el temblor. Esterilizaron el fuego. Domesticaron a Dios en un sistema religioso donde podían controlar los términos—reglas sin asombro, sacrificios sin rendición, rituales sin relación.
Los profetas clamaron por eso:
- «Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí» (Isaías 29:13).
- «No digan “¡El templo del Señor!” como si Dios fuera su compañero de cuarto y no su Rey.» (Jeremías 7:4, parafraseado 😏)
Para cuando Jesús aparece, muchos estaban tan encerrados en su propia comprensión de la Ley que no pudieron reconocer al mismo Dador de la Ley parado ante ellos en sandalias—lleno de gracia y de verdad.
🔥 EL TERROR Y LA TERNURA SON AMIGOS, NO ENEMIGOS
Aquí está la tragedia: Vieron el terror de Dios y lo olvidaron. Luego vieron la ternura de Dios y la rechazaron.
Jesús no era menos santo que el Dios del Sinaí. Él era el Dios del Sinaí—solo que envuelto en carne humana y lavando pies en lugar de estremecer montañas. ¡Y eso debería haber sido aún más aterrador! Pero como vino con humildad, muchos se burlaron en lugar de rendirse.
«No tenemos más rey que el César.» (Juan 19:15)
Oh, qué rápido olvidamos al Rey del Trueno cuando nos aburrimos del Rey de la Misericordia.
🤯 ¿ENTONCES, QUÉ SALIÓ MAL?
- No fue la Ley—era buena.
- No fueron las señales—eran claras.
- No fue la comunicación de Dios—habló por medio de Moisés, los profetas, y finalmente por medio de Su Hijo (Hebreos 1:1–2).
¿Qué falló?
«Sus corazones se endurecieron.» (Heb. 3:15)
Amaban más su sistema que al Salvador. Querían control, no convicción. Querían un dios domesticado, no al que voltea mesas.
❤️ PERO EL EVANGELIO SIGUE GANANDO
Aquí está la gloria:
Aunque ellos olvidaron—Dios no los olvidó.
Igual envió a Su Hijo.
Igual entró a Jerusalén montado en un burrito.
Igual fue a la cruz.
Igual rasgó el velo del templo (¿recuerdas ese momento?)—el mismo velo que debía proteger al hombre de la santidad consumidora detrás de él.
El Dios del Sinaí descendió de nuevo—pero esta vez no para tronar, sino para sangrar.
✨Pensamiento Final
Así que sí, tienes razón al preguntar—¿cómo pudieron olvidar?
Pero quizás la mejor pregunta sea:
¿Cómo pudo Él recordarnos?
¿Cómo pudo el Dios santo que tronó desde la montaña… inclinarse lo suficiente para lavarnos los pies… y aun así llamarlo amor?
Ese es el evangelio.
Y eso, mi amigo, es por lo que la gracia es tan desconcertante.